OBJETIVO: RESIDUOS CERO



Desde hace varios cursos venimos recomendando a las familias que  eliminen el papel film y aluminio de los bocadillos a la hora del almuerzo,  porque somos conscientes de la importancia que tiene educar a nuestro alumnado en valores que fomenten el cuidado y respeto por el medio ambiente.

El aluminio es un material fácilmente reciclable, y altamente contaminante en su proceso de extracción como materia prima, que se coló en la cocina de la mayoría de nuestros hogares en el último tramo del siglo XX. Se encuentra en envases, enseres y utensilios, pero también está presente en antiácidos, astringentes, aditivos, bebidas refrescantes, cosméticos, desodorantes, productos de limpieza, etc.

En algunos países como Alemania, Francia, Bélgica, Reino Unido o Brasil, su uso está prohibido para evitar migraciones de sustancias que puedan resultar contaminantes. Según diferentes estudios, las hojas de aluminio que se emplean en el embalaje y la preparación de algunos alimentos no resultan muy recomendables para la salud. Esta circunstancia ha generado en las últimas décadas una creciente controversia sobre su empleo masivo, con investigaciones científicas e interesantes documentales que cuestionan no tanto su nivel de virulencia sino el hecho de que esté demasiado presente en nuestro día a día.

Así pues, la sustitución del papel de aluminio y los envoltorios de plástico por otros sistemas reutilizables (tuppers, tarteras, Boc'n Roll, fiambreras, etc.) supone, además de una alternativa ecológica a la producción desmedida de residuos, una medida de ahorro frente a la tendencia que trata de imponernos la cultura de usar y tirar.




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